martes, 8 de septiembre de 2015

Soy de esas chicas raras. O especial. Pero odio denominarlo como especial, suena superior. Puedo ser lo mas simple y lo mas complejo a la vez. La simpleza de estar feliz con una sudadera puesta, en mi cuarto y escuchando a Canserbero o puede que a Eminem. Adoro el té helado, instagram, el rímel, las mantas de pelo y la leche de soja, además doy las gracias de ante mano, sin esperar cosas a cambio. La complejidad de mi persona llega a la hora de querer encontrar a alguien. Quiero encontrar a ese chico que quiera esas tardes simples pero conmigo. A ese chico le pediría sinceridad total, pero que no me intente cambiar, porque al fin y al cabo, nos enamoramos de la persona tal y como es, hasta de sus defectos y sus rarezas. Y no perdáis el tiempo en ilusionarnos chicos. A cada loca le llega su loco, pero puede que tarde en llegar. Ese chico que prefiera estar en su casa, en un bar tomando algo o en un parque, pero todo contigo, y no que a salir de fiesta y estar con sus amiguitas. Si, esas amiguitas que nos dan tanta rabia, al menos a mi. 
Querido futuro chico. Quiero que me protejas si me siento amenazada, que me des una abrazo cuando esté triste y quiero mil tonterías cuando tenga un mal día, que me arregles ese día entre besos y sonrisas.
Me encanta el ver películas tristes, llorar como una tonta y cuando acaba, mirar a mi lado, y ver a mi madre o bien dormida o llorando como una descosida conmigo. Porque esa es la sensibilidad que ella tiene, y la que gracias a ella tengo también. Esa sensibilidad que a veces adoro y que a veces odio. Odiarla tanto porque lloro fácilmente 
A la espinita que tengo clavada recientemente te diría desde lo alto de alguna moto si hace falta, que tengo ganas de ti, pero eso ya lo sabes. O no. Porque muchas veces no muestro lo que tengo dentro por inseguridad. Pero ahí está. Ahora yo ya no soy no tu 'en línea' ni tus pensamientos. Como siempre, salí perdiendo. Otro mal bache. De esto salgo con menos ganas aún de confiar en nadie. Supongo que el futuro American Stanford que tenga, me lo recompensara con buenos momentos. Y llega la noche. Ya se ha ido mi cumpleaños. Ya es día 9. Noche oscura, queda decir que me ha costado encontrar la luna desde mi ventana. Me voy a seguir empanada mirando al cielo escuchando música, que eso es de lo poco que se me da bien. No creo que publique este blog, no está bien definido.